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II. PRINCIPALES PRODUCTOS CULTURALES
6. ARTESANÍA
Sección 6.3: El tiempo es dinero

6.3.2. El turista quiere experimentar el arte

El turista viaja porque quiere satisfacer la realidad profunda de su alma, quiere llenar el vacío, la rutina diaria, las fantasías y pasiones secretas, las obligaciones inconscientes o experimentar un paisaje soñado. Cuando el turista inicia su camino, viaja según su propio mapa, que muestra también algo familiar. Durante el viaje el turista podrá entrar en contacto con los mitos comunes de la humanidad, podrá participar en un gran viaje organizado y llegar a su destino. Los mitos sobre aspectos primarios, tales como “¿Cómo empezó todo?, ¿Por qué crece la hierba?, ¿Por qué el color de la piel varía?, ¿Por qué suenan las hojas del álamo?” (Antola, 2004).

Los viajes amplían los horizontes de la mente; el camino del turista atraviesa los árboles del conocimiento del bien y el mal, pero también transcurre por rutas inhóspitas que le ayudan a diferenciar el bosque de los árboles.

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Foto Elis Sinitö. Autor: Jan Kaila.

El turista adquiere símbolos, talismanes, recuerdos, objetos rituales, nuevas experiencias y una nueva conciencia. El turista se capta a sí mismo, se graba en imágenes, plasma en retratos a sus seres queridos o a sus compañeros de viaje, envía frases en forma de postales, recoge rocas, coloca hojas de árboles entre las páginas de los libros. El turista quiere encontrarse con otra gente y, al hacerlo, verse a sí mismo. El turista necesita tener compañeros de viaje y guías. El turista intenta aprender el arte de la interacción, que es la habilidad más compleja del ser humano.image181.jpg

El ansia por el arte le lleva al turista a buscar un contrapeso y una armonía respecto a la vida diaria, a la realidad basada en la técnica y la lógica. Pero también genera el orden a partir del caos que el turista halla en sus sueños. El arte en Finlandia es tan real como la ciencia. Las obras de arte transforman la deformidad en belleza. Finlandia genera una gran creatividad; en cada pueblo se organizan eventos culturales, mercados y actividades. Una nación pequeña ha producido un enorme capital artístico en diversas modalidades para los gustos de todos los turistas. En el diseño inteligente, el lenguaje moderno del arte expresa los valores presentes y el paisaje real, tanto físico como mental, de la moderna Finlandia, manteniendo las tradiciones. Esto ha sucedido durante el último siglo, durante la época del Carelianismo, cuando el estilo nacional romántico mostraba algo realmente singular a los europeos. Los mejores artistas del país asumieron entonces la responsabilidad de la construcción de una imagen de Finlandia.

Mediante el lenguaje de unos artistas foráneos, el turismo rural finlandés comunica su fuerza y autenticidad. Por ejemplo, la fotografía artística del ángel de Jan Kaila, que retomaba el trabajo del artista foráneo Elis Sinistö sobre el hielo brillante, es un bello icono del turismo de invierno en Finlandia. La frase de Elis Sinistö sobre el conocimiento de la vida concuerda con la misión de los servicios turísticos: “En la vida tiene que haber felicidad, gratitud y placer y entretenimiento.”

Los telesillas de las estaciones de esquí finlandesas pueden ser un nuevo tótem de la ingeniería aplicada y del arte medioambiental, un nuevo diseño actual, que añadiría un valor al mercado exportador. Se pueden vender miles de copias de los telesillas a los coleccionistas. Al fin y al cabo, incluso la torre Eiffel empezó siendo una idea estrambótica.

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