Ante una reclamación siempre debemos mostrar interés y no valorar las quejas. El que a nosotros nos pueda resultar insignificante no debe influirnos ya que puede que el cliente la considere muy importante. Nunca debemos interrumpir al cliente mientras realiza la reclamación, aunque ésta no pertenezca a nuestro ámbito. Tras escuchar su planteamiento le explicaremos que el tema pertenece a otro departamento, sección o persona, pero en ningún caso obligaremos al cliente a volver a reclamar, sino que seremos nosotros los que dirigiremos la reclamación a la persona responsable.
4.5.1. Aplicación de técnicas para el tratamiento de diferentes tipos de quejas y reclamaciones | Mantener la calma y escuchar al cliente |