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Para conseguir estos objetivos, la comunicación debe ser atractiva y cercana, que satisfaga los intereses de los visitantes y emplee diversos recursos motivadores, en función del grupo al que van dirigidos: edad, tamaño del grupo, familiaridad, nivel de conocimientos, motivación, etc.
La adopción de estrategias que faciliten la relación entre el interpretador y los visitantes dará lugar a una mejor recepción de los mensajes, a la estimulación de su intervención y al fomento del sentido del humor. El uso de metáforas, los ejemplos, el suspense, las experiencias personales, los debates,… ayudan a crear una relación más distendida y aportan emoción e interés a las explicaciones. Para ello, es interesante también estimular la percepción de la realidad a través de los diferentes sentidos, llamando la atención sobre formas, olores, colores, sabores o sonidos.
La comunicación debe ser creativa y revelar significados, con una puesta en valor por medio de objetos y elementos ilustrativos, sin ser una mera descripción o enumeración de hechos o elementos. Debe ser, por tanto, una comunicación atractiva a la vez que concisa, que revele el significado de un elemento o entorno en su presencia, lo que permite y facilita hacerla amena, original, creativa y participativa. No sólo debe conseguir llamar la atención, sino mantenerla, de manera que no se deben olvidar las metáforas, leyendas, anécdotas, preguntas… durante toda la visita.
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5.4.3. Interpretación | 5.4.5. Información |
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