¿Ha calculado cuál va a ser el coste unitario de su producto o servicio? En caso afirmativo, ¿Podría desglosar estos costes?
¿Se ha planteado la idea sobre qué productos o servicios van a seguir a los actuales?. En caso afirmativo, describa sus ideas sobre tales desarrollos futuros.
¿Ha realizado alguna previsión sobre ventas esperadas? En caso afirmativo, expréselas y describa los factores en los que se ha basado (si la empresa ya está instalada nos basaremos principalmente en la experiencia). Ocupa un papel importante dentro de la política comercial de la empresa. En algunos casos, ofrecer mejores precios que los competidores puede ser un factor fundamental para vender. Pero en otros, ofrecer unos precios demasiado bajos puede dar una imagen de falta de calidad, con los perjuicios que esto conlleva.
A la hora de establecer los precios de venta habrá que tener en cuenta, por una parte, los costes del servicio y por otra, los factores que inciden en el servicio. Los costes y demás condiciones del mercado nos ayudarán a definir los precios de venta y éstos, unidos a nuestra capacidad de producción y las expectativas de ocupación, determinarán los ingresos.
CIFRA DE VENTAS ESTIMADAS:
Ya vimos antes como se estructuraba el Plan de Inversiones, que nos da las fuentes de ingresos a través de los diversos servicios vendidos. No obstante también deberemos estudiar las fuentes de financiación. Si disponemos de todo el capital no tendríamos mayor problema en llevar a cabo el mismo. Pero esto no ocurre en la mayoría de los casos por lo que tenemos que:
Identificar y seleccionar las fuentes de financiación. La puesta en marcha del proyecto empresarial va a exigir la realización de una serie de inversiones a las que los promotores habrán de hacer frente y deberán reflejarse en el correspondiente presupuesto de inversiones, cuya realización se basará en las previsiones efectuadas en los anteriores apartados del plan de empresa.
Así, en función de las instalaciones y equipos que necesite la empresa, los consumos y suministros básicos necesarios para alcanzar los objetivos previstos, los costes de personal, impuestos, etc., se determinará el volumen de recursos económicos necesarios para que el proyecto pueda ponerse en marcha y la empresa pueda desarrollar su actividad.
Parte de las inversiones necesarias irán destinadas a financiar la adquisición de los activos permanentes de la empresa, considerando como tales aquellos que van a participar en más de un ejercicio económico (inmueble, instalaciones...). El resto de las inversiones corresponderá a activos que serán consumidos por la empresa en el curso del ejercicio y estarán directamente relacionados con el funcionamiento corriente de la empresa, constituyendo lo que se conoce como activo circulante.
Una vez estimado el nivel de inversión debemos estudiar la procedencia de los fondos necesarios para acometer el proyecto.
La forma en que se financia una empresa influye en su rentabilidad, puesto que podemos decidir entre aportaciones propias, compras a créditos, alquiler de alguno de los elementos necesarios, etc., siempre sin olvidar que la rentabilidad producida por un elemento financiado de manera externa sebe ser superior al coste de su financiación.
Las primeras preguntas que debemos hacernos son: ¿Posee usted fondos propios para acometerlo? ¿Existe la necesidad de fondos ajenos para acometer el proyecto? En caso afirmativo, ¿Cómo va a conseguir la financiación necesaria?
La financiación será propia o permanente, si no hemos de devolverlos, o ajena, si la empresa debe proceder a su devolución en un periodo de tiempo más o menos amplio.
Los fondos propios van a configurar el capital y remanente de la empresa. Los fondos ajenos se explicitarán como deudas a largo, medio o corto plazo. Ambos figurarán en el balance de la empresa.
Los recursos ajenos que va a necesitar la empresa pueden clasificarse en función del plazo en el que hay que efectuar su devolución, pudiendo hablar según este criterio de:
No obstante, estos periodos deben considerarse con carácter general, pudiéndose establecer periodos diferentes en función de las características del proyecto en concreto.
En cuanto a la forma de generarse los recursos ajenos, puede distinguirse entre:
Una vez conocidos los recursos ajenos que van a ser necesarios y las características de estos, los promotores deberán proceder a estudiar las diferentes fuentes de financiación existentes y elegir las que mejor se adapten a las características del proyecto.
A la hora de valorar las diferentes fuentes de financiación y efectuar la posible elección, conviene tener en cuenta los factores que van a influir en la operación de crédito, entre los que hay que citar:
En determinadas ocasiones el tipo de interés aplicable puede ser el factor determinante para optar por una determinada fuente financiera, mientras que, en otros, la rapidez en la tramitación, o las menores garantías exigidas, pueden ser los factores determinantes de la elección.
Entre las fuentes de financiación a las que la empresa puede acudir se encuentran:
2.5.1. Plan de Inversiones | 2.6. Cooperación con otros empresarios |